Cuando hablamos de léxico, se cree que es una simple colección de palabras que hay que memorizar o que guardamos en alguna parte de nuestra mente. Sin embargo no es cierto, las palabras no están ni almacenadas ni guardadas, sino que se conforman en gran parte al hablar. Así como hay reglas para generar palabras a partir de las raíces (plurales, femeninos, conjugaciones, casos, etc) hay igual frases que se hacen de palabras: reglas de morfología. Morfología flexiva: es la que modifica las palabras para encajarlas en las frases (pluma-s plural) Morfología derivativa: modifica las palabras creando otras nuevas (moda-ista para profesión)
También se crean nuevas palabras uniendo 2, ya que los morfemas se acoplan entre sí siguiendo reglas muy parecidas a las de la gramática, por ejemplo:
Un nombre consta de una base seguida de una o más flexiones: frágil-es, para el plural de frágil.
Para nombres compuestos: Hombre-rana, no tendría sentido decir: Este hombre me parece muy rana, al ver un buzo.
Para hacer adjetivos: aplastable, rellenable, etc.
Es decir, que hay un núcleo matizado por otros elementos, como en la gramática: Darwin-ismo-s, osea se forma un árbol en distintos niveles, como en la sintaxis.
Las combinaciones pueden resultar impredecibles, por ejemplo: Electricidad, no es una condición de eléctrico, sino la fuerza que mueve un aparato eléctrico. Ahora bien, no hay reglas fijas que sirvan para construir palabras de forma predecible. Además las palabras se importan en muchos casos de otros idiomas, pero no sus reglas.
Algunas palabras se crean por analogía con otras, como: ofertar, priorización, etc…Las irregularidades morfológicas de las lenguas están en las raíces de las palabras, tienen su origen en los procesos de transmutación de vocales y consonantes de las lenguas antiguas. Lo más probable es que las raíces de las palabras se aprendan de una en una, memorizándolas. Primero se aprende la regla general y luego las excepciones.
El número de palabras cuyo significado conoce un hablante es altísimo, un bachiller: 50.000 palabras. Los niños aprenden las palabras rápidamente: unas 10 al día a partir del primer cumpleaños, ya que el cerebro tiene preparada una memoria muy espaciosa y eficiente. Un niño puede recordar una palabra cinco semanas después de haberla oído.
Creado por: Adriana Cedeño
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