martes, 17 de mayo de 2016

El Errante




Errante en su caminar, deambulando por la tierra sin rumbo fijo ni dirección, porque no busca un fin a donde llegar, porque su fin es caminar.

Errante como perdido del camino, con la mirada esquiva, sin pausa pero sin prisa; parecía desterrado de alguna tierra, parecía que buscaba algo, que no quería encontrar.

Errante porque podía hablar con todos, pero no confiaba en nadie: encajaba en todas partes, pero no se aferraba a ningún lugar; se adaptaba a todas las culturas, pero  no aceptaba ninguna.

Errante porque mientras más sociedades conocía, más aborrecía a la humanidad; porque la cultura del hombre es caótica, todo lo daña, todo lo corrompe, siempre encuentra un acto egoísta y mezquino en la ciudad.


Errante me llaman, porque voy de lugar en lugar, buscando mi propio lugar y no me halló en ninguno. Errante porque no soy de aquí ni de allá, porque no pertenezco a ninguna tierra, porque la tierra le pertenece a mi caminar.